El extraño caso de la cooperación sanitaria ¿Quién soy yo?

¿Somos tontos o somos tontos? Qué no será capaz de hacer el ser humano si alguien al que así mismo se llama "cooperante" puede ver como un intruso a otro que hace lo mismo que él o es tan ciego de no ver más allá de su propio ego o de entender que a su alrededor existen personas y no fotos.

Y con esto me alegraría si consigo hacerte pensar aunque fuese un segundo sobre lo que puede pasar por nuestras cabezas para que alguien sea capaz de dar al mismo tiempo lo mejor de uno y a la vez pueda convertirse en un elemento desalentador. Ying y yang.

Así que puestos a ello en este post describo en lo que mi opinión serían los principales perfiles de los mal llamados cooperantes (o el lado oscuro de lo que puertas para fuera no queda muy bien retratado en nuestros álbumes de fotos o conversaciones de aperitivo. Que cada uno haga su propia reflexión y elija el suyo. No con el afán de menospreciar a nadie sino de intentar buscar la humildad y el sentido a muestras andanzas.

• El ególatra. Yo, yo y después yo. Le encanta que le hagan la pelota o que le digan lo bien que hace las cosas.
• El salvavidas. Corre corre, tenemos que hacer que toda esta gente mañana
• El abierto 24 horas. Y es que no sólo de cooperación vive el hombre. Hay otras cosas que nos complementan.
• El huraño. Para que voy a hablar con otros, a mí lo que me interesa es hablar con quien yo quiera
• El promesas. Y el próximo año voy a traer un proyecto más grande que esta casa ...
• El si te he visto no me acuerdo. Allí estuve y allí no volveré. Una vez en el avión me olvido de todo.
• El de aquí está mi visa. Con dinero se arregla todo. Una especie de banquero o empresario que va dejando propinas.
• El tiquis miquis. Aquí no hago caca. Uy! Que sucio! Vaya!
• El de no sin mi cámara de fotos. Y cuanto más impactante mejor, da igual lo que hubiese al otro lado. Lo importante es la foto.
• El de yo se más que tu. (Y me pongo delante para que no veas)
• El de no me entero de na. Que menos que saber donde estás, un mínimo de su historia, de intentar una lengua, de saber algo más ...
• El saltamontes o buscaexperiencias. Cuantas más, más lejanas o más estrambóticas mejor.
• El mercenario. Al mejor postor para allí me voy. Al estilo de un pirata a por botines.

Aprovecho esta pequeña lista (que seguro es más amplia) para trasladaros algunos interesantes aspectos del maravilloso y fascinante mundo de la cooperación sanitaria, de sus grandes egos y visiones mesiánicas. De los roles que jugamos o jugaremos todos nosotros en algún momento de nuestras vidas.

Y por último deciros que si no os habéis visto retratados en alguno de estos o por el contrario sí y en varios, pues ni que es bueno ni malo, tan sólo desear que no os quedéis indiferentes y que consideréis aplicar humanidad y empatía una vez que os arrojeis a este mundillo.