Extraído de la sección Pintura e Infección.
Por el Dr. Alberto Ortiz
Un buen ejemplo del tipo de paisajes que el pintor solía realizar lo encontramos en el cuadro titulado “La quinta plaga de Egipto”. Amparado en el texto bíblico que narra las diferentes plagas que azotaron Egipto antes de la liberación de la esclavitud de los israelitas, el autor sitúa la acción en un atardecer, con el río Nilo y una vegetación exuberante en un primer plano, y de fondo la ciudad con las pirámides. El efecto dramático de la plaga se ve acentuado por el crepúsculo y la gama cromática de tonos rojizos, que transmiten una sensación inquietante, anticipando el dolor y el sufrimiento que se cierne sobre los egipcios debido a las sucesivas plagas y desgracias que están padeciendo.
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