jueves, 27 de diciembre de 2012

FACTORES DE RIESGO Y PREVENCIÓN DE LA TOXOPLASMOSIS CONGÉNITA

Por D. Ángel Rodriguez Villodres
Imagen de taquizoitos de T. gondii. Via: CDC

A casi todo el mundo, o al menos, a las mujeres que estén o hayan estado embarazadas les sonará la toxoplasmosis; aunque creo que muy poca gente sabe realmente lo que es, y mucho menos lo que implica no tener una prevención adecuada.       

La toxoplasmosis es una zoonosis, es decir, una infestación que se transmite al ser humano a través de los animales. La causa de esta infestación es un parásito intracelular llamado Toxoplasma gondii.



El ciclo de vida de este parásito es muy conocido y no nos vamos a detener mucho en él; solo algunos aspectos generales para entender el porqué de los mecanismos de prevención.


Imagen general del ciclo de vida de T. gondii. Vía: CDC
- T. gondii presenta tres formas en su ciclo de vida: ooquiste, taquizoito y bradizoito, así como dos fases sexuales (una asexual y otra sexual).

- El ciclo comienza cuando un felino (por ej. un gato) ingiere carne contaminada con quistes de tejido o bien ingiere ooquistes procedentes de las heces de otros gatos. Estos ooquistes liberan zoitos en el intestino del gato que invaden las células epiteliales intestinales y se reproducen sexualmente, por un lado, formando nuevos ooquistes que salen con las heces; y por otro lado, algunos atraviesan el epitelio intestinal en forma de taquizoitos y viajan por la sangre colonizando distintos órganos, principalmente músculo y cerebro.

- Estos últimos se dividen rápidamente de forma asexual dentro de una especie de vacuola en la célula, la cual se denomina pseudoquiste. Los pseudoquistes se pueden romper liberando taquizoitos que pueden volver a infectar a otras células.

- Cuando el sistema inmune controla la infección, los taquizoitos se transforman en bradizoitos, que se dividen lentamente y forman quistes tisulares (principalmente en músculo y cerebro) que permanecen durante toda la vida del individuo.

- Si otro animal (por ej. un cerdo o un humano) ingiere los ooquistes procedente de las heces de gatos o los quistes tisulares procedentes de carne cruda o poco hecha. Estos llevan a cabo el mismo ciclo explicado anteriormente pero sin la fase de reproducción sexual (no se liberan ooquistes), produciéndose finalmente quistes tisulares de bradizoitos en distintos tejidos.

- En una mujer embarazada, los taquizoitos pueden atravesar la placenta y llegar al feto, produciéndose una toxoplasmosis congénita, lo que da lugar a una serie de daños más o menos graves que se explican más adelante.
Generalmente la infestación primaria por T. gondii en personas inmunocompetentes cursa de forma asintomática, pudiendo presentarse en algunos casos malestar general, fiebre y linfoadenopatías cervicales. Aunque pueda parecer beneficioso, supone un riesgo para la embarazada debido a que el hecho de que no existan síntomas, permite que la enfermedad pase desapercibida. La reinfestación en personas sanas es algo infrecuente, por lo que el riesgo de que una mujer embarazada que tenga anticuerpos contra T. gondii vuelva a infestarse es muy bajo.
La prevalencia de la toxoplasmosis congénita en España no se conoce con exactitud aunque se estima que no es muy alta. Se sabe que a medida que avanza la gestación hay más probabilidad de que se produzca una toxoplasmosis congénita; sin embargo el grado de afectación en el feto varía a la inversa, es decir, más grave conforme más temprano se adquiere la enfermedad. T. gondii es capaz de infestar la placenta, atravesarla y llegar al feto ocasionando una serie de daños, desde una coriorretinitis leve, la cual puede presentarse años después del nacimiento, a un aborto, retraso mental, microcefalia, hidrocefalia, y convulsiones. Sí que es cierto, que las afectaciones fetales más graves son las menos frecuentes, aunque esto no debe ser un motivo para evitar su prevención.

Ante esto me hago una pregunta ¿Conoce la población en general realmente a lo que se enfrenta ante una infestación primaria en una embarazada? Cuando hablas con mujeres embarazadas y le preguntas que qué es lo que saben acerca de la toxoplasmosis congénita, la respuesta casi siempre es la misma: “realmente no sé de qué se trata ni los riesgos que tengo, me han dicho que tengo que tomar una serie de precauciones y poco más” y ya no digo al resto de la población, a muchos de los cuales ni siquiera les suena el nombre. Pienso que una de las principales herramientas de prevención ha de ser la información a las embarazadas (y a la población en general) del riesgo que supone para el feto la infestación primaria materna por T. gondii, ya que, de esta forma serán más conscientes de los hábitos que tienen que adquirir para la prevención de la toxoplasmosis.
Una vez introducidos en el tema, nos vamos a centrar en la parte principal del mismo: los factores de riesgo de la toxoplasmosis congénita y las medidas a tomar para prevenir esta enfermedad. Los principales factores de riesgo son:
- Comer carne cruda o poco hecha.
- Comer productos derivados de la carne cruda (chorizo, jamón serrano, etc) sin un ciclo previo de congelación/descongelación a -20oC.
- No lavar bien los utensilios de cocina con los que se maneje carne cruda.
- Comer frutas, verduras y hortalizas crudas sin lavar, ya que pueden contener ooquistes
- Tener contacto con el suelo de jardines, campos, etc. donde hayan podido defecar los gatos.
- Limpiar las cajas de arena de los gatos.
- Tener contacto con gatos.
Parece que el factor de riesgo a evitar más extendido entre la población es el contacto con gatos; sin embargo, no es la principal vía de adquisición de la toxoplasmosis. En diferentes estudios realizados se ha podido comprobar cómo el consumo de carne poco hecha, así como el contacto con el suelo de jardines contaminado con ooquistes procedentes de las heces de los gatos son las dos causas más importantes de contracción de la toxoplasmosis. ¿Por qué no los gatos? Generalmente los gatos que tenemos en casa no están alimentados con carne cruda, por lo que es muy poco probable que contraigan la toxoplasmosis; además los ooquistes necesitan unos dos días desde que son expulsados en las heces hasta que se vuelven infectivos, de forma que, limpiando la caja de arena diariamente y teniendo una buena higiene de manos evitaríamos casi cualquier riesgo de contraer la enfermedad. Si hablamos de gatos callejeros ya es otra historia. ¿Qué ocurre en el suelo para que sea un factor de riesgo importante? El suelo de jardines y lugares donde suele haber gatos puede estar contaminado con las heces de estos, de forma que los ooquistes estarán en la tierra pudiendo permanecer infectivos durante más de un año. ¿Y por qué hay que cocinar la carne o congelarla? Debido a que los quistes en el tejido se destruyen a una temperatura superior a unos 65-70oC o inferior a -20oC.
Teniendo claro cuáles son los principales factores de riesgo, vamos a hablar un poco sobre la prevención que deben tener las embarazadas para evitar una infección primaria por T. gondii y por tanto una toxoplasmosis congénita. Con los factores de riesgo citados anteriormente, resulta lógico que las medidas de prevención primaria sean las siguientes:
- Consumir únicamente carne cocinada a más de 70oC, o congelada por debajo de -20oC.
- No consumir embutidos ni productos elaborados con carne cruda, si no se congelan previamente.
- Limpiar bien los utensilios de cocina usados en la manipulación de productos cárnicos crudos antes de un nuevo uso.
- Lavarse las manos después de haber manipulado cualquier tipo de carne cruda y/o utilizar guantes a ser posible.
- Lavar bien frutas, verduras y hortalizas
- Evitar el contacto con gatos, así como con los excrementos de los mismos. Usar guantes para cambiar la caja de arena.
- Utilizar guantes cuando se trabaje en el jardín o el suelo. Lavar las manos inmediatamente después del contacto con el suelo.
- Evitar que los gatos salgan al exterior a lo largo del embarazo y no darles de comer carne sin cocinar.
Para finalizar, decir que aunque la prevalencia de la toxoplasmosis congénita en España no sea muy alta y que las afectaciones más graves no sean las más frecuentes, no es motivo para no establecer un protocolo de prevención primaria de la enfermedad, informando correctamente a las embarazadas de lo que es la toxoplasmosis, los factores de riesgo que tiene y las medidas de prevención a llevar a cabo, y no solo proporcionarle una hoja con las medidas preventivas como he visto en más de una ocasión, sin explicarle nada más. Esto no supondría ningún coste económico adicional y las embarazadas se concienciarían más sobre esta enfermedad pudiéndose evitar la mayoría casos de toxoplasmosis que ocurren cada año.
BIBLIOGRAFÍA
- Holliman RE. Congenital toxoplasmosis: prevention, screening and treatment. Journal of Hospital Infection. 1995; 30: 179-190.
- Jeffrey D. Kravetz MD, Daniel G, Federman MD. Toxoplasmosis in pregnancy. The American Journal of Medicine. 2005; 118: 212-216.
- González González NL & González Lorenzo A. Programas de prevención de la toxoplasmosis congénita. BSCP Can Ped. 2003; 27- nº 1.

jueves, 6 de diciembre de 2012

Retablo de la vida de San Francisco (Anónimo)

Por el Dr. Alberto Ortiz

Ya desde joven, San Francisco de Asís mostró una especial inclinación por los más desvalidos y desfavorecidos de la sociedad del momento. Aunque perteneciente a una familia acomodada, su precoz vocación le estimuló a abandonar todas sus pertenencias y comodidades, practicar una rigurosa pobreza, y a lanzarse a una vida errante, predicando la palabra de Dios entre sus semejantes. A lo largo de su vida se le reconocen numerosos prodigios e innumerables actos caritativos, entre los que destaca su predisposición a cuidar enfermos, especialmente infectados de lepra. Esta especial inclinación que sentía por los leprosos se puede comprobar en una de las escenas que circundan una tabla pintada en el siglo XII, cuyo centro está ocupado por un retrato de san Francisco de Asís en pie.



En la imagen, san Francisco asiste a estos enfermos que muestran en la piel las típicas lesiones y deformaciones de la enfermedad, como las alteraciones cutáneas que se traducen en unas enormes lesiones pigmentadas, distribuidas por todo el cuerpo y cuya morfología coincide con máculas, ulceraciones y nódulos, producto de la afectación de Mycobacterium leprae a nivel de la piel.
San Francisco aparece en la composición por duplicado. En la parte de la izquierda, da consuelo a un leproso que sostiene en su regazo, mientras que en la derecha, lava los pies a otro de ellos. Esta imagen es muy ilustrativa de la forma de proceder de la orden, ya que es una clara referencia a la humildad que mostró Jesús con sus discípulos, cuando les lavó los pies antes de celebrar la cena Pascual (Jn 13, 4-5).